12.7.12

La infidelidad masculina (tercera parte)


Continuando con las causas posibles de la infidelidad masculina hoy tratare.

Psicológicas:  de orientación sexual múltiple a la fatiga funcional

Como complemento del análisis de las características biológicas de las personas, respecto de la configuración de su estructura sexual, no podemos dejar a un lado las valiosas aportaciones de Sigmund Freud respecto al entendimiento de la sexualidad humana, una de cuyas conclusiones puede resumirse diciendo que el ser humano tiende a fijar su atención e interés sexual en distintos objetos (personas).

Nota que estas conclusiones incluyen por igual a hombres y mujeres.   El hecho de que en apariencia, la infidelidad haya sido a lo largo de la historia un acto reconocido y predominantemente masculino, se debe a los condicionamientos morales y sociales que la función de la mujer ha experimentado y tenido que soportar durante siglos en diversas culturas.

Así se explica como es posible que en la sociedad occidental (caracterizada por un fuerte carácter patriarcal) haya podido asumir con cierta benevolencia la infidelidad del varón, pero que condene enérgicamente la de la mujer.    No obstante, desde el punto de vista  psicologico, el potencial de la infidelidad anida en ambos sexos.

Por otro lado, los biólogos y psicólogos experimentales se refieren al concepto de fatiga cuando un tejido u organismo vivo deja de ser impresionado o estimulado por un objeto o hecho externo, luego de que este entra en contacto con aquel, repetidas veces o, por lo menos la fuerza de la estimulación va decayendo gradualmente aun cuando se mantenga la intensidad de acción del objeto o hecho estimulante.


Esto significa que para lograr la misma estimulación se debe incrementar gradualmente las cantidades o dosis de sustancias u objetos estimulantes.    Este es el mecanismo que acaba por matar a muchos drogadictos, que un día, como producto de la fatiga de su organismo ante la acción de la droga que consumen, llegan a ingerir o inyectarse una cantidad letal para el organismo (sobredosis).

Similar fenómeno ocurre con la afectividad humana en materia de relaciones de pareja.   Si bien todos los códigos jurídicos, religiosos y económicos consagran la familia construida con base en una pareja monógama como el cimiento de la sociedad (occidental), en muchos casos ocurre que pasados los primeros tiempos de una relación de pareja, caracterizados por un deslumbramiento y entusiasmo iniciales, lentamente, resultado de este fenómeno de fatiga, el hombre o la mujer advierten que la efervescencia hacia su pareja se va opacando y transformando primero en costumbre, aburrimiento después y finalmente quizás hasta en total rechazo.


El problema radica en que cuando este ciclo concluye, tal vez tenemos una pareja unida en matrimonio e incluso hijos como producto o fruto de tal unión.

Lo cierto es que será entonces cuando, para escapar de este desagradable estado de modorra, monotonía, rutina,y acostumbramiento, el hombre acepta o busca una nueva parjea, paralela a la oficial.   En este sentido, se puede decir que esta sera un mecanismo de defensa para protegerse de esa sensacion desagradable y sentirse renovado.

Eso explica por que muchos hombre que tienen amantes no necesariamente planean sustituir su pareja oficial por la paralela (es decir cambiar oficialmente de pareja), sino que mas bien desean vivir una experiencia que los alivie del desgaste producido por la antigua relacion, que tambien por el imperio de las normas sociales, juridicas, morales y religiosas se asume como necesaria de seguir llevando.


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