Si en un momento dado tu pareja revela que sospecha de ti, lo peor que puedes hacer es actuar de la noche a la mañana totalmente diferente a lo acostumbrado. Esto por lo general ocurre en muchos casos.
El hombre infiel amenazado de ser descubiertos y que han actuado de forma indiferente con sus parejas y de pronto se vuelven muy solícitos, atento compañeros cuyo fervor le huele raro a la otra persona. Tales actitudes se adoptan de manera inconsciente, debido al sentimiento de culpa, de ahí la importancia que tu como hombre infiel te autoobserves contantemente y tomes las previsiones en caso de sospecha por parte de tu pareja, esposa, bruja o como quieras llamarle, por lo que no debes cambiar radicalmente tu trato con ella.
A lo suma, lo lógico será que tu pareja sea del ataque de celos o las suspicacias que la invaden, te reclame que hace tiempo dejaste de tener ciertas atenciones, actitudes y gestas hacia ella.
Y si en el contexto de estos señalamientos, tu le prometes que cambiaras y que estas arrepentido por haberla relegado, esos cambios prometidos tendrán que ejecutarlos gradualmente en tu relación y no de la noche a la mañana, ya que solo aumentaran las sospechas de tu cónyuge.
Recuerda siempre ir de menos a mas en este caso.
Cambia la modalidad de tu relación
Si la situación lo amerita, es decir, si las sospechas de tu pareja, bruja, firme o como quieras llamarle son bastante intensas y amenazan el futuro de tu relación paralela, considera la posibilidad de realizar cambios importantes en la modalidad de los encuentros con tu amante, sucursal, amiga especial o como le llames.
Una de las primeras modificaciones a considerar será variar los horarios de las citas. Si acaso tu pareja observa con atención tu comportamiento a ciertas horas, tal vez durante el lapso entre el almuerzo y la siestas, tu forzosamente tendrás que asignar otro horario para verte con tu amante.
En tal caso, ella debe ser lo suficientemente flexible y comprensible para, por ejemplo concordar en que se encuentren en la mañana bien temprano, o solo ciertos fines de semana. Lo cierto es que se tendrá que sacrificar algo de la comodidad del antiguo horario de encuentro, a favor de la segura continuidad de la relación extramatrimonial.
Otro cambio en este sentido es la frecuencia de los encuentros. Si en determinado momento tu y tu sucursal, amante o como le llames, acostumbraban verse diariamente o muy seguido, la situación requerirá que estén dispuestos a verse (al menos temporalmente) con menos frecuencia, hasta que desaparezcan o se atenúen las sospechas actuales.
Según la gravedad de la situación, incluso puede ser necesario distanciarse por un tiempo, conformándose ambos con solo hablar por teléfono.
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